domingo, 12 de diciembre de 2010

El motor de mi vida

Hoy voy a hablaros un poco de animales. A muchos os parecerá una chorrada, pero sí, ellos son precisamente el motor de mi vida.

Los animales, esas criaturas que existen para cumplir las necesidades y caprichos de los humanos, desde el mísero pollo de corral, hasta el más flamante caballo de carreras; al fin y al cabo están ahí porque nos proporcionan algo, ya sea alimento, abrigo o simple ocio, y sin los cuales la vida no sería vida.

Desde pequeña siempre soñé con ser veterinaria, siempre sentí que tenía que hacer algo para devolverles todo lo que ellos me aportan día a día. Muchas veces, al encontrarme angustiada o preocupada por alguna razón, he encontrado consuelo en mis mascotas. No sé qué es lo que tienen de especial, pero parece que presienten cuando no me encuentro bien, y es en esos momentos, cuando necesito apoyo o cariño, que siempre están ahí para alegrarme la vida.

Y es por ellos por lo que decidí estudiar veterinaria, por lo que me vine a Córdoba y por lo que estoy viviendo esta experiencia de estar fuera de casa que hace mi vida tan diferente. Córdoba es una cuidad bonita, tiene mucho encanto y me gusta, pero echo de menos la playa, el levante y la humedad de mi tierra, mi familia, mis amigos y mis perras, a los que veo cada dos o tres meses y sin los que se me hace realmente duro estar aquí. Aquí mi vida es monótona, aburrida y nada interesante, me quedo sola muchos fines de semana, aunque me siento sola con mucha más frecuencia. Aquí he conocido a mucha gente (y los que quedan), aunque pocos que realmente merezcan la pena, y que hacen mi vida aquí más llevadera. A esos pocos, os doy las gracias por estar ahí cuando os he necesitado, por escucharme y aconsejarme, por sacarme una sonrisa en mis peores momentos y pos ser como sois. Os quiero.

Volviendo a nuestro tema de hoy, me resultaría muy difícil deciros cuál es mi animal favorito, ya que todos tienen algo especial, pero si hay alguno que me apasiona especialmente, ese es el caballo.
Me parece increíble cómo un animal de semejantes dimensiones y fuerza física puede someterse totalmente a las órdenes del humano. Muchos piensan que esto se debe a la violencia con la que se doman, y por lo tanto, al miedo; yo pienso que se debe a la confianza. El caballo, un animal tan sensible, increíblemente inteligente, fiel, noble y temperamental a la vez, tan apasionante, tan especial que sólo aquellos que alguna vez han tratado con caballos saben de lo que hablo.

Cuando tenía 10 años, un gran amigo de mi padre me regaló un caballo. Recuerdo que estaba en El Rocío con mi familia y él llego a mi casa con su caballo. Yo siempre me quedaba en la puerta alrededor de los caballos, me encantaba verlos, acariciarlos y de vez en cuando podía montarme en alguno; pero este hombre debió que notar que lo mio era verdaderamente especial, cuando me miró sonriendo, con una expresión entrañable y me dijo "¿Te gusta? Tuyo es". Yo no podía creérmelo, me estaba regalando un caballo, el animal que siempre quise tener y nunca había tenido, algo que cuesta muchísimo dinero; aunque ni todo el dinero del mundo hubiera podido pagar la felicidad que yo sentía en ese momento.



Con Estero (mi caballo) descubrí muchas cosas nuevas, cosas que siempre había soñado descubrir, como la sensación de galopar a campo abierto en primavera, de notar el aire fresco dándote en la cara, de sentirte libre, desconectar de absolutamente todo... sensaciones que echo tanto de menos ahora... a pesar de que ya hace 5 años que Estero no está conmigo.


Mis animales:


Siempre tuve el gran impedimento de que mis padres no me permiten tener animales en casa, por eso recurro a mi abuela. En casa de mi abuela tengo a mis 5 niñas: Lala, Blanca, Trufa, Gucci y Channel.
Y es que si quiero hablaros de mi vida, tengo que hablaros de mis niñas, porque son muchísimo para mí, y son las cosas que más echo de menos desde que me vine a estudiar a Córdoba.

Lala es la veterana, una perrita que rescaté de los brazos de un cazador que quería matarla porque "como tiene el pelo largo no sirve para cazar". Tiene ya 11 años aunque yo la sigo queriendo como el primer día.

Blanca es una perrita super especial, es la cosa más alegre, cariñosa y simpática que he visto. Su gran fallo es que es muy puerca y siempre está sucia, pero es imposible enfadarte con ella. Lo que más le gusta es que le toquen la barriga, así que siempre esta tirada por el suelo patasarriba.

Trufa es una perra con un carácter complicado. Siempre ha echo destrozos y parece que no confía en las  personas. La recogí siendo una cachorrita, pero se ve que ya tuvo que sufrir mucho hasta entonces. Odia a Lala, quizás por motivos de antigüedad y dominancia, y provoca peleas entre todas.

Gucci y Channel son las grandullonas de la casa, aunque la más jovencitas. Son hermanas, pero no lo parece porque tienen carácteres totalmente diferentes. Me lo paso realmente bien con ellas y me encanta llevármelas a dar paseos por la playa, aunque me costó conseguir sacarlas con correa porque tienen mucha fuerza y son pura vitalidad.

Además de mis niñas, en casa tengo un agapornis (inseparable) y en Córdoba tengo a Gus, un periquito que me hace compañía en mi "soledad", y aunque a veces "no me deja vivir" lo adoro.
Durante mi vida he tenido toda clase de animales: conejos, cobayas, canarios, gallinas,  palomas, muchísimos perros que ya no están, una burra, un pony, mulas, e incluso erizos africanos.

Como podréis comprobar me apasionan los animales, y es que no puedo vivir sin ellos, porque son eso: el motor de mi vida.

2 comentarios:

  1. "Con Estero (mi caballo) descubrí muchas cosas nuevas, cosas que siempre había soñado descubrir", vaya folladas te pegaba el caballo, eh?? XDDDDDDd

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